De este niño lo que me gusto es que la distancia de su dedo al suelo era justo la del tamaño de la bolsa. Por lo demás, casi que soy capaz de verte con la barra de pan...
Gracias por pasarte por esta esquinita de quita y pon y un beso de alta montaña.
No quise alargarme. No llevaba una barra, llevaba diez en una bolsa de tela que terminaba arrastrando como la suya. En casa vivíamos doce personas ¿Te imaginas el pan que pueden comer ocho niños entre desayunos y meriendas nada más?
No me des las gracias, por favor. Soy yo la que disfruto
Sin duda una casa en la que vivan doce personas ha de ser algo parecido a un universo de cercanías; a las pobres barras de pan no les debía dar tiempo ni ha metamorfosearse en migas...
Desde estas cumbres semi borrascosas, de alguna u otra forma, contigo en esa manifestación.
La siento como una historia "agradable". Una historia de niñez y ternura, esos espacios donde se configuran los mejores, y a veces los más terribles, recuerdos.
Ayudando en casa...
ResponderEliminarPodría ser yo misma de pequeña. La encargada de comprar el pan.
Me gusta la foto
De este niño lo que me gusto es que la distancia de su dedo al suelo era justo la del tamaño de la bolsa. Por lo demás, casi que soy capaz de verte con la barra de pan...
ResponderEliminarGracias por pasarte por esta esquinita de quita y pon y un beso de alta montaña.
No quise alargarme.
ResponderEliminarNo llevaba una barra, llevaba diez en una bolsa de tela que terminaba arrastrando como la suya.
En casa vivíamos doce personas ¿Te imaginas el pan que pueden comer ocho niños entre desayunos y meriendas nada más?
No me des las gracias, por favor. Soy yo la que disfruto
Beso de manifestación.
Una foto perfecta, o casi. Emocionalmente e intelectualmente es coherente, al menos la veo así. Prefiero pensar en una historia agradable.
ResponderEliminarUn abrazo
Sin duda una casa en la que vivan doce personas ha de ser algo parecido a un universo de cercanías; a las pobres barras de pan no les debía dar tiempo ni ha metamorfosearse en migas...
ResponderEliminarDesde estas cumbres semi borrascosas, de alguna u otra forma, contigo en esa manifestación.
La siento como una historia "agradable". Una historia de niñez y ternura, esos espacios donde se configuran los mejores, y a veces los más terribles, recuerdos.
ResponderEliminarUn abrazo enorme, José Luis.