Pintar con la luz. De eso se trata. Hoy lo has logrado con creces. Precioso ese juego entre las luces y las sombras. Una delicia para la vista. Un abrazo
Qué curioso observar cómo afronta la mirada (al menos la mía) esta imagen: primero choca con una unidad geométrica y abstracta; después va posándose como un pájaro en cada plano y desmontando sucesivamente las piezas, empezando por el alero de la izquierda y terminando en la tela tendida del fondo. Ya solo queda el aire de la esquina derecha por el la mirada escapa y vuelve a entrar, como hacen las golondrinas que parecen no cansarse nunca.
Es que a la mirada, querido Xuan, cuando anda enviciada con la cosa de las luces y las sombras, le gusta pasearse despacio. Creo que a la tuya y a la mía les encantaría compartir esos largos -casi inabarcables- paseos.
Pintar con la luz. De eso se trata. Hoy lo has logrado con creces. Precioso ese juego entre las luces y las sombras. Una delicia para la vista. Un abrazo
ResponderEliminarEn la Medina de Fez, las luces y las sombras juegan desde hace siglos por sus callejuelas imposibles. Muchas gracias por tu visita, Luis, y un abrazo.
ResponderEliminarQué curioso observar cómo afronta la mirada (al menos la mía) esta imagen: primero choca con una unidad geométrica y abstracta; después va posándose como un pájaro en cada plano y desmontando sucesivamente las piezas, empezando por el alero de la izquierda y terminando en la tela tendida del fondo. Ya solo queda el aire de la esquina derecha por el la mirada escapa y vuelve a entrar, como hacen las golondrinas que parecen no cansarse nunca.
ResponderEliminarEs que a la mirada, querido Xuan, cuando anda enviciada con la cosa de las luces y las sombras, le gusta pasearse despacio. Creo que a la tuya y a la mía les encantaría compartir esos largos -casi inabarcables- paseos.
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