Vivimos en pequeños cubículos intercomunicados. Hace tiempo que desembarcamos en Mátrix. Ya importan más nuestros dedos que nuestro rostro. No olvidemos que, según dicen, el pulgar opuesto nos convirtió en quienes somos.
Digamos que se trata de una sociabilización "distinta", como de baja intensidad. Por lo demás, totalmente cierto, cada cual socializa como buenamente puede. Un abrazo, Luis.
Pues de seguir así, nuestros rostros van a ser del todo innecesarios (tal vez aprendan a sonreír los dedos, tal vez sea el pulgar de alguien el que consiga enamorarnos). Un abrazo, Xuan.
Me gusta mucho la disposición en la que has colocado los elementos. El color en magnífico. Bueno cada cual socializa como puede. Un abrazo
ResponderEliminarVivimos en pequeños cubículos intercomunicados. Hace tiempo que desembarcamos en Mátrix. Ya importan más nuestros dedos que nuestro rostro. No olvidemos que, según dicen, el pulgar opuesto nos convirtió en quienes somos.
ResponderEliminarDigamos que se trata de una sociabilización "distinta", como de baja intensidad. Por lo demás, totalmente cierto, cada cual socializa como buenamente puede.
ResponderEliminarUn abrazo, Luis.
Pues de seguir así, nuestros rostros van a ser del todo innecesarios (tal vez aprendan a sonreír los dedos, tal vez sea el pulgar de alguien el que consiga enamorarnos).
ResponderEliminarUn abrazo, Xuan.