Solo los niños y los vagabundos conocen realmente el valor del espacio.
Me parece estar viendo a mi hijo hace 20 años en la caja del nuevo microondas que hace poco jubilamos. No quiero pensar en la clase de cajas, tan distintas, que nos reservan a los adultos. Viva la fragilidad de la mirada y su transparencia.
Me descubro una vez más ante tus descubrimientos. Un abrazo.
Tal vez la niñez perdure mientras uno es capaz de desmentir a los diccionarios, de quitarles la razón absoluta y atreverse a contradecirlos. Se es niño mientras una caja pueda ser cualquier cosa menos una caja.
Gracias, querido Xuan, por pasar y por tus palabras.
Solo los niños y los vagabundos conocen realmente el valor del espacio.
ResponderEliminarMe parece estar viendo a mi hijo hace 20 años en la caja del nuevo microondas que hace poco jubilamos. No quiero pensar en la clase de cajas, tan distintas, que nos reservan a los adultos. Viva la fragilidad de la mirada y su transparencia.
Me descubro una vez más ante tus descubrimientos.
Un abrazo.
Tal vez la niñez perdure mientras uno es capaz de desmentir a los diccionarios, de quitarles la razón absoluta y atreverse a contradecirlos. Se es niño mientras una caja pueda ser cualquier cosa menos una caja.
ResponderEliminarGracias, querido Xuan, por pasar y por tus palabras.