El león de la Metro está de saldo, ya no ruge, apenas bosteza entre sus insignes acompañantes, esperando a que el viento que nos lleva lo revuelva todo un poco más aún. Teología y radiografía.
Ese viento, querido Xuan, no deja misterio con cabeza. Todo lo confunde, todo lo arrastra, como un impetuoso río sin orilla alguna donde poder descansar un poco y refrescarse los pies.
El león de la Metro está de saldo, ya no ruge, apenas bosteza entre sus insignes acompañantes, esperando a que el viento que nos lleva lo revuelva todo un poco más aún. Teología y radiografía.
ResponderEliminarUn abrazo
Ese viento, querido Xuan, no deja misterio con cabeza. Todo lo confunde, todo lo arrastra, como un impetuoso río sin orilla alguna donde poder descansar un poco y refrescarse los pies.
ResponderEliminarUn abrazo.