Sacar de "contexto" al hombre que se hace la foto intentando empujar a la torre de Pisa es una idea genial. Me gusta mucho el byn con ese cielo y esa nube que se viene encima. Un abrazo Josep.
Taichi turístico. La camisa del caballero es también una obra de arte, tal vez más perecedera que la torre, o no, quién sabe. Lo que está claro es que la torre es solo escenario, pretexto, superficie alicaída. Telón de fondo. Y esa camisa y ese gesto, incluyendo a la fotógrafa, resumen la alegría.
Dos torres parecían, querido Luis, a cual de estabilidad más precaria. Incalculables los riesgos que corremos para hacer aquello que se espera que hagamos....
Tienes toda la razón, esa camisa puede eclipsar cualquier obra de arte. El mismo Leonardo hubiera quedado consternado en caso de haber podido verla (quién sabe si hoy no luciría en alguna sala del Louvre). Alegría y ternura revoloteaban por los alrededores, cierto.
Sacar de "contexto" al hombre que se hace la foto intentando empujar a la torre de Pisa es una idea genial.
ResponderEliminarMe gusta mucho el byn con ese cielo y esa nube que se viene encima.
Un abrazo Josep.
Taichi turístico. La camisa del caballero es también una obra de arte, tal vez más perecedera que la torre, o no, quién sabe. Lo que está claro es que la torre es solo escenario, pretexto, superficie alicaída. Telón de fondo. Y esa camisa y ese gesto, incluyendo a la fotógrafa, resumen la alegría.
ResponderEliminarDos torres parecían, querido Luis, a cual de estabilidad más precaria. Incalculables los riesgos que corremos para hacer aquello que se espera que hagamos....
ResponderEliminarUn abrazo, Luis.
Tienes toda la razón, esa camisa puede eclipsar cualquier obra de arte. El mismo Leonardo hubiera quedado consternado en caso de haber podido verla (quién sabe si hoy no luciría en alguna sala del Louvre). Alegría y ternura revoloteaban por los alrededores, cierto.
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